Cuando la gente intenta perder peso y sigue un programa de adelgazamiento, suele recurrir primero a los llamados productos «bajos en grasa», es decir, alimentos cuyo envase menciona una reducción de azúcar, grasa o incluso sal.
Reclamaciones
Los llamados productos «adelgazantes» o «light» se pueden encontrar ahora en casi todos los departamentos. Los términos «0%», «light», «sin»… son tan populares que cabe preguntarse si queda algo que comer en lo que se compra. ¿Qué hay realmente detrás de estas declaraciones? 0% significa que el ingrediente indicado no está presente en el producto o sólo está presente en trazas. Por ejemplo, un yogur 0% materia grasa. Ligero significa que la receta del producto contiene menos cantidad de un ingrediente concreto que la receta anterior O que la media de las recetas de la competencia, por ejemplo, compota de manzana baja en azúcar. SIN significa que no se ha añadido ningún ingrediente a la receta, por ejemplo, un muesli SIN azúcar añadido. POBRE EN significa que un alimento concreto está presente pero en pequeñas cantidades en comparación con un límite determinado por un texto europeo.
Intereses nutricionales
Algunas de las opciones más ligeras son interesantes, como las recetas sin azúcar añadido, que demuestran que cuando el azúcar ya está presente, no es necesario añadirlo (por ejemplo, los productos a base de fruta). En el caso de los productos bajos en azúcar o en grasa, se plantea el problema de la sustitución: ¿qué se pone en la receta para compensar el sabor dulce o la textura blanda? Por desgracia, la mayoría de las veces se trata de polioles que siguen siendo calóricos y pueden provocar trastornos intestinales, aditivos (emulgentes, agentes de textura, etc.). Las promesas son a veces casi engañosas cuando encuentras un chocolate «light» con menos azúcar que resulta ser más gordo que las demás barritas de la estantería… Piruletas etiquetadas como «0% materia grasa» cuando en realidad sólo contienen azúcar, etc.
¿Qué productos debo elegir para mi vida diaria?
El principal objetivo de los productos bajos en grasa es reducir su aporte calórico. Sin embargo, no es nada fácil adelgazar comiendo sólo productos bajos en grasa. En efecto, estos productos tienen un sabor menos pronunciado, una textura menos presente, etc. Por tanto, la satisfacción gustativa de consumir estos productos no es la misma. Para hacer frente a esta frustración, tendemos a comer más, lo que anula el ahorro de calorías.
En general, es preferible elegir mejor los productos y reducir las porciones; por ejemplo, en el caso del queso, será más prudente limitarse a 1/8° de Camembert que servirse dos o tres porciones de queso bajo en grasas, de sabor neutro y textura gomosa…
Sin embargo, cuando se sigue un programa de adelgazamiento, el uso de productos lácteos semidesnatados puede ser interesante. De hecho, los yogures y otros productos lácteos semidesnatados siguen teniendo buen sabor y el ahorro de calorías es considerable, casi un 50% menos de calorías que un requesón con un 3,2% de contenido en grasa y un requesón con un 8% de contenido en grasa. Del mismo modo, la nata fresca, que se puede encontrar entera con un 30% de materia grasa y con un 15% de materia grasa en versión aligerada, permite mantener un poco de cremosidad en los platos. Sin embargo, no tiene sentido comer chocolate desnatado enriquecido con grasas y polioles o mantequilla desnatada, que no tiene ni el sabor ni la textura de la mantequilla y contiene una impresionante lista de aditivos.
Los refrescos light o sin calorías aportan pocas calorías pero mantienen el apetito por lo dulce. Resérvelos para aperitivos y ocasiones festivas.
Por último, cuidado con la sección «dietética», que ofrece productos con propiedades dietéticas, como galletas ricas en fibra o magnesio, por ejemplo, pero que no son en absoluto bajas en calorías.