Formas de regular mi apetito

por Aliive
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Je mange trop

Con tanta comida en los supermercados, en nuestras alacenas, en los restaurantes (sobre todo en los conceptos de «todo lo que puedas comer»), parece cada vez más difícil escuchar a nuestro cuerpo que nos dice ¡BASTA!

¿Demasiado codicioso?

Sin hablar necesariamente de trastornos alimentarios como la bulimia o la hiperfagia, no es infrecuente entregarse a la glotonería o incluso comer sin ser consciente de la cantidad consumida, como cuando comemos delante de una pantalla (cine, televisión, smartphone, tableta, etc.) o cuando comemos demasiado rápido.

¿Cuáles son las causas de este consumo excesivo de alimentos?

    • Pueden ser externos, como anuncios, peticiones de compañeros que han hecho un pastel, el olor a pan caliente al pasar por delante de la panadería, etc.
    • Pueden ser personales, como la necesidad de llenar un vacío, una carencia, matar el aburrimiento, consolarse, calmar el estrés, la codicia, etc.

Comer demasiado rápido y/o sin ser consciente de lo que se está haciendo (por ejemplo, delante de una pantalla) no permite que el cerebro registre que se ha comido y no envía las señales para dejar de comer. Por término medio, se tarda al menos 20 minutos en integrar que se ha comido en la comida.

Consecuencias

Las consecuencias de este comportamiento son, por supuesto, el aumento de peso, pero también dolores de estómago, mala digestión, hinchazón e incluso dolores de cabeza.

Es importante aprender a distinguir entre el hambre real y las ganas de comer. Con la saciedad viene otra noción, la de la conciencia del propio cuerpo y de lo que se come.

¿Cómo sentir saciedad?

Para ser plenamente consciente de su cuerpo, de sus sensaciones y, por extensión, del hambre y la saciedad que experimenta en cada comida, es necesario un cambio de hábitos.

En primer lugar, para sentir saciedad, es imprescindible sentir hambre antes de las comidas, esa sensación de estómago vacío, de vaciamiento del estómago y, posiblemente, de gorgoteo. También es importante comer cuando se tiene hambre y no ignorar esta sensación.

Antes de comer algo, debes tener el reflejo de preguntarte si sigues teniendo hambre o no. Consejo: Si te apetece comer verduras, es que realmente tienes hambre. Si, por el contrario, sólo le tienta un postre dulce o el queso, se trata de un antojo alimentario.

Cuando llegue a la mesa, así que cuando tenga hambre, coma despacio, tómese su tiempo para masticar y saborear cada bocado, apoyando el tenedor en el borde del plato durante este tiempo. Presta atención a tus sentimientos, al principio no serán evidentes y no te parecerán naturales. Poco a poco, comida tras comida, adquirirás el hábito de esta pequeña introspección alimentaria y lo harás sin siquiera pensar en ello. Recuerda preceder tu comida con un plato de verduras crudas o un tazón de sopa de verduras sin almidón ni grasa y seguirla con un producto lácteo y/o fruta. Esto le permitirá que la comida dure (al menos 20 minutos) y que el volumen de alimentos sea suficiente para alcanzar la saciedad.

Si al final de la comida no tienes hambre, ¡deja el resto de la comida sin reparos! Puedes guardar las sobras en la nevera o el congelador, o pedir una bolsa para perros si estás en un restaurante, por ejemplo.

Si después de comer sigue teniendo hambre, es que ha comido demasiado deprisa o no lo suficiente. A continuación, puede comer verduras crudas o cocidas, preparadas sin grasa, para completar la comida hasta saciarse.